Game Metal
El Game Metal viene a ser Metal con estilo propio de música de videojuegos. Y, generalmente, casi todo este estilo consiste en versiones metalizadas de temas de videojuegos. A pesar de que, como comento en otras partes de la visión, trataremos de expandir lo máximo posible los límites de este género, parto de unas inclinaciones particulares: música de videojuegos japoneses especialmente de la generación de 8 y 16 bits.
¿Por qué? Y aquí es donde viene la declamación ultrafriki: porque es un estilo maravilloso y único que no he encontrado en ningún otro sitio.
Antes de justificar lo dicho, comentaré un poco por encima los dos estilos predominantes a la hora de hacer la banda sonora de un videojuego: la tendencia background y la tendencia foreground. Sí, son anglicismos, pero mola como suenan.
La tendencia background es dar a la música de videojuegos una función meramente decorativa, que acompañe al resto de los elementos, más o menos como hacen las bandas sonoras de películas. Es la tendencia que siguen los videojuegos occidentales (básicamente, los no japoneses). A pesar de que hay grandes bellezas dentro de este apartado, muchos de los juegos que armonizan se pueden jugar perfectamente sin música o poniéndote casi cualquier otra música de fondo.
La tendencia foreground equiparan la música del videojuego con la misma acción, dándole un protagonismo equiparable a los gráficos o a la jugabilidad. En estos casos suele ser casi impensable jugar sin dicha música.
Las dos tendencias tienen algo en común: los temas musicales están diseñados para ser repetidos una y otra vez. Al contrario que en las películas, en donde la acción de la música está detalladamente calculada, en un videojuego forma parte de la libertad del jugador que esté más o menos tiempo en la situación que requiere tal tipo de música.
Siguiendo este principio, la estrategia de la primera tendencia es que suene tan ambiental que ni siquiera te des cuenta de que está ahí. La estrategia de la segunda es hacer melodías tan sumamente buenas que no te importe escucharlas cientos de veces. Esta estrategia causa efectos secundarios, como veís, en forma de grupos como este. Diré más, creo que muchas de las músicas de este grupo figuran como las mejores melodías de la historia de la música.
La música se compone básicamente de tres elementos: ritmo, armonía y melodía. Los mejores ritmos los suelo encontrar en el metal (y tal vez en el jazz, no estoy muy puesto en esta música). Las mejores armonías pertenecen claramente a la música clásica. Y las mejores melodías, bajo mi muy friki punto de vista, corresponden a la música de videojuegos japoneses de los 80′ y principios de los 90′. Y este estilo, lamentablemente, empieza a perderse. La mayor parte de los videojuegos japoneses actuales empiezan a seguir el estilo occidental. Y, para mí, han perdido gran parte de su valor y de su esencia. Pero aún quedan muchas joyas que grupitos como este trataremos de versionar. Y ese es el criterio principal que seguiremos a la hora de versionar un tema: que sea musicalmente grandiosos, independientemente de que sean más o menos conocidos.
Curiosamente, he visto que este peculiar estilo se combina a la perfección con otro de mis estilos amados: el Metal. Ambos tratan de la acción, de la energía, de la perfección, de la complejidad, de la intensidad, del poder. Y lo que buscamos con Game Gods es realzar ambos estilos. Y, como friki que soy, creo que la fusión de ambos estilos producirá un megaestilo con poder y energía superior a ellos. Y el megaestilo barrerá del mapa todos los bastardos musicales mediocres. Ingenuo yo. No por tales pretensiones, naturales y hasta esperables en todo espíritu friki, sino porque ignoraba que dicho estilo fue creado hace un buen montón de años.
Creo que el primer disco fue el Dracula Battle Perfect Selection, que sigo considerando el mejor del género. Desde entonces ha habido varios grupos que han seguido este estilo, pero sigue siendo muy poco conocido, incluso por los expertos en Metal. Por ello, dentro de los objetivos del grupo está no sólo popularizar dicho estilo, sino dar a conocer las maravillosas melodías en las que nos basamos.
Supuestamente esto iba a ser un parrafillo, y mira en qué se ha convertido.